Somos cíclicas, no vamos en línea recta
El autoconocimiento y la aceptación como mujeres cíclicas es romper con el limite de autocensurarnos.
El autoconocimiento y la aceptación como mujeres cíclicas es romper con el limite de autocensurarnos.
Por: Veronica Fornaguera, psicóloga.
La obediencia a seguir adelante sin parar nunca, nos ha aislado de nuestra feminidad y censuramos nuestros propios ciclos y los desconocemos. Es hora de avanzar como mujeres, dejemos de juzgarnos y permitamos conocernos, escucharnos, comprendernos y aceptarnos en todos nuestros bellos momentos.
Hoy en día muchas mujeres sufrimos de diferentes dolencias: problemas con nuestros órganos reproductivos, nuestros senos, fibromialgia, ansiedad, depresión, burnout, estos son algunos de los males que nos agobian. Posiblemente, el cuerpo físico y el cuerpo emocional nos piden a gritos que paremos, que revisemos y demos tiempo o espacio para replantear algunas cosas.
Desde pequeñas se nos enseñó a ignorar nuestro ciclo menstrual, disimularlo tanto cómo se pueda e ignorar lo que nos informa. Muchas de nosotras incluso sentimos asco, vergüenza de nuestra sangre y nuestros fluidos. Asimismo, la maternidad y otras características de la naturaleza femenina se acomodaron a un entorno donde el cumplimiento y la productividad están por encima de todo.
Los mandatos de la lógica vigente nos exigen cumplir metas, funcionar en un tiempo lineal, enfocarnos y ser competitivas. Esto responde principalmente al sistema patriarcal. Haber sido educadas en esta lógica hace que nos perdamos o no conectemos profundamente con la naturaleza del principio femenino: no tenemos en cuenta nuestros ciclos, la vulnerabilidad y la fortaleza.
Tendemos a equipararnos con los hombres en nuestro funcionamiento cotidiano. Y no, no es que no podamos funcionar igual que los hombres; es que cuando lo hacemos de manera permanente, dejamos a un lado aspectos de nuestra naturaleza que luego nos cobran factura.
Muchas de nosotras asumimos nuestra feminidad únicamente desde el aspecto más superficial de la apariencia y dedicamos mucha energía y recursos en vernos bien, pero nos cuesta trabajo conectarnos con los aspectos más profundos de lo femenino: la intuición, el sentir, la creatividad, las emociones sentidas y expresadas de forma adecuada y con nuestros ciclos.
En mi práctica terapéutica, invito a las mujeres a ser más conscientes de su ciclo menstrual y a observar los estados anímicos y energéticos que tienen en los diferentes momentos del ciclo.
¿Sabías que si observas tu flujo vaginal puedes saber en qué momento de tu ciclo estás?, puedes saber cuándo estás ovulando, si estás en momento fértil y cuándo estás más cercana a sangrar.
Si nos conectamos con nuestro ciclo, nos daremos cuenta de que hay momentos del mes en los que tenemos mucha más energía, somos asertivas, y es más fácil ejecutar tareas; en otros momentos estamos más introspectivas y reflexivas; en otros más emotivas y en otros con poca energía y ganas de ir hacia adentro.
Observar, conocer y comprender nuestra naturaleza cíclica nos da la posibilidad de aprovechar mucho más nuestras capacidades, atender nuestras necesidades y estar en mayor armonía con nosotras mismas y con nuestro entorno.
El principio femenino en nosotras pide espacio para sentir, para expresar, para crear y simplemente ser sin necesidad de cumplir con metas externas o autoimpuestas. ¿Cuántas de nosotras nos damos ese espacio?
Hago una invitación para re-conocernos, mirarnos, comprendernos y comenzar a darle lugar a nuestro principio femenino de manera activa y consciente.
Date espacios para ser, disfrutar, expresar; atender tu ciclo y tus emociones; no te juzgues por lo que sientes. En tualmaencalma te acompañamos.