''A MÍ, MI MAMÁ NO ME AMÓ''

El eslabón de las heridas, rechazos y críticas de padres, madres a hijos e hijas se debe romper.

La figura de una madre no es para glorificar, sino para entender que antes de ser madre, es mujer y es humana

Son muchísimas las personas, mujeres y hombres, chicos y chicas, que  han sentido a lo largo de sus vidas que , en lugar de haber recibido valoración, ternura, aprobación y comprensión de sus madres,  han recibido críticas , desamor, exigencias, o rechazo.

Todas estas personas  además han tenido que sufrir en silencio porque en esta sociedad patriarcal donde los padres están en la cúspide de la jerarquía   y los  hijos en la base, cualquier crítica o señalamiento al tabú de la sacralizada figura de la madre es considerada una herejía  merecedora de la  hoguera.

El típico caso en el que la víctima de violencias  invisibles ( desamor o critica o exigencia extrema materna) no ha tenido nunca voz ni  posibilidad de expresarse  porque al hacerlo es condenado.

Ese abandono o rechazo emocional jamás expresado, puede comenzar a  manifestarse con diferentes sensaciones de disconfort físico o emocional, ataques de pánico, ansiedad, tristeza, incapacidad de  amar o de ser amado, problemas conyugales, dificultades con los hijos  etc, etc, etc.

Por lo anterior  es importantísimo  realizar, por medio de la terapia y de la homeopatía, un proceso de sanación de las heridas causadas por estas vivencias, encontrar la raíz  y la razón de los desaciertos maternos,  entenderlos, transmutarlos, y fortalecer  a ese niño o niña interior que ha quedado herido o  vulnerable, con baja autoestima, lleno de rabia o frustración, con tendencia a establecer relaciones con  seres maltratantes y con dificultad para ser madres o padres diferentes a aquellos padres o madres  introyectados  en la infancia.

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