ESTIGMATIZACION, DISCRIMINACION Y EXCLUSIÓN SOCIAL

Nos pasamos gran parte de nuestro desarrollo de identidad saltando matones y agobiándonos para tratar de parecernos al grupo que pertenecemos.

El estigma es socio somático, está es una de las conclusiones que he llegado después de miles de espacios terapéuticos y en este artículo te compartiré, el porqué de mi afirmación.

¿Sabías que siempre hay una intensa interrelación entre los procesos sociales y los procesos somáticos?

¿Sabías que la cultura enaltece u oprime a todos los que la habitamos?

¿Sabías que nosotros tenemos la capacidad de alzar la voz y reevaluar lo que nos restringe? 

¿Sabías que la estigmatización es una forma de represión?  Que es una vía para enfermarnos y ¿Qué nuestro cuerpo lo siente y te anuncia a través de tu enfermedad?

Seguro estarás pensando que son demasiadas preguntas, para iniciar este artículo, sin embargo, te invito, a volver a leerlas con calma y tratar de relacionarlas con tu entorno social.

Hay muchas formas simbólicas del estigma como el lenguaje o las imágenes culturales, las normas, los estándares, el mensaje tácito o explícito de que si no eres igual no estás dentro del círculo imaginado como constructo social.

Lee las siguientes frases con detenimiento, a través de ellas desde pequeñas nos domestican. 

 

  • No puedes hablar muy duro.
  • No te sientes con las piernas abiertas. 
  • Ciérrate la blusa que se te puede ver el “brasier”.
  • Si te comportas así de vulgar vas a parecer una “puta”.
  • No digas tantas groserías eso no se ve bien.
  • Te sentaría bajar de peso.
  • Eres una gafufa.

 

Algunas deben evocar recuerdos, ¿hacía que momento te transporta?, ¿Qué emociones despiertan en ti?

Nos pasamos gran parte de nuestro desarrollo de identidad saltando matones y agobiándonos para tratar de parecernos al grupo que pertenecemos.

La pertenencia claramente es parte de la identidad, pero hemos tergiversado su real significado y la terminamos convirtiendo en un yugo social 

La pertenencia es la capacidad que un grupo tiene de aprovechar los aportes que cada uno como individuo puede dar, de allí la diversidad y la inclusión serían una ganancia inmensa para la riqueza de una comunidad 

Nos hemos metido en la trampa de ser iguales que nos hemos excluido y nos hemos quedado sin el real sentido de pertenencia.

Pienso en la maternidad, en el temor de decir que no quieres gestar, que no te gusta la crianza, que te parece aburrido cambiar pañales, andar detrás de un crío, o, por el contrario, que quieres gestar y criar como único pilar de tu vida, que no quieres trabajar, que miedo decir lo que realmente queremos por el temor a

la lapidación social.

Hay muchas maneras sutiles pero muy hirientes de ser excluyentes. La crítica, los prejuicios, el desprecio, la invisibilidad, la descalificación.

Y aquí es donde el cuerpo te llora a través de su dolor

Vivimos en una sociedad que presiona y exige, nos olvidamos de que la sociedad la hacemos nosotras.

¿Qué tal si hacemos una revolución y reivindicamos el sentido de pertenencia?

 

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