Prometo elegirme a mí por sobre las cosas externas, comienzo por el perdón y aceptación de lo que hago y lo que soy.
Por: Daniela Benítez, Psicóloga .
Prometo amarme, honrarme, respetarme y serme fiel, primero a mí, porque puedo entregarle a los demás algo que no conozco primero conmigo.
Escojo escuchar la voz de mi cuerpo, de mi necesidad y de mi intuición por encima de la voz de cualquier expectativa o pedido externo.
Elijo creerme primero a mí, no dudar cuando sienta dolor o incomodidad, y no someter mi opinión, mis decisiones, ni mi credibilidad a votación.
Decido hacerme cargo de mi felicidad, como acto de amor propio, y como acto de amor a los demás, porque haciéndome cargo de lo propio, les quito el peso de que tengan que hacerlo ellos por mí.
Elijo soltar lo que no me llena y no conformarme con poco: convencerme que merezco todo y lo merezco completo.
Elijo verme desde la certeza que con lo que soy es suficiente, recordarme que no necesito dar la milla extra para ser digna de amor o aceptación.
Me prometo no perderme en el hacer y reconocerme en lo fluido y natural que es simplemente ser.
Prometo ir a mi ritmo, no al de otros, no intentar correr para alcanzar metas ajenas, ni bajar el ritmo para no incomodar a quienes van más despacio.
Elijo vivir y no sobrevivir, respirarme, oírme, priorizar también momentos de gozo y de placer.
Elijo escucharme y cuidarme, para desde ahí, desde mi centro, poder entregar a los demás.
Prometo reservar mi rol de salvadora para mí y permitir que otros hagan sus propios caminos.
Prometo recordarme, cada vez que me olvide, lo mucho que hemos avanzado y todo lo que hemos crecido.
Prometo dejarme errar porque me entiendo humana, y elegir amarme aun cuando las cosas no salgan como esperaba.
Prometo dejarme errar porque me entiendo humana, y elegir amarme aun cuando las cosas no salgan como esperaba.
Elijo medir mi progreso por la intención, por la energía y por el amor puesto, y no por metas que corresponden a definiciones de éxito ajeno.
Hoy elijo reconocer mi vínculo conmigo como el más valioso y sagrado, porque aunque todos falten, yo siempre me quedo contigo.