Los mitos alrededor de la terapia de pareja son solo eso, mitos.
Juliana Villate M.D.
REALIDAD: En la terapia de pareja se realizan inicialmente 2 sesiones individuales para conocer los puntos de vista de cada uno, las percepciones individuales, las historias de vida, los argumentos, las formas vinculares, las estrategias comunicacionales y todo aquello que puede incidir en la construcción de una relación saludable. Posteriormente se realizan sesiones una vez al mes en las cuales se trabajan los siguientes puntos:
REALIDAD: Se ha demostrado que si en una pareja se evita hablar de determinado conflicto presente o del pasado, ese factor provoca desgaste paulatino en la interacción y también en el afecto. La represión o negación del conflicto va a manifestarse en diferentes dinámicas destructivas y tóxicas para todos ( irritabilidad, intolerancia, impaciencia, maltrato, descalificación, indiferencia, abandono, aislamiento, etc). Para evitar lo anterior se debe tratar cualquier conflicto o inconfort en compañía de un terapeuta calificado que ayude a la pareja a entender lo ocurrido y además transformarlo en un punto de partida desde donde se puedan encontrar los puntos débiles de la relación que hay que fortalecer y los puntos fuertes que hay que potenciar. En pocas palabras siempre se puede reactivar una relación emocional después de una crisis.
REALIDAD: La terapeuta no hace alianzas con ninguno de los dos porque eso impediría el correcto avance de la terapia. La terapeuta si va a señalar de una forma objetiva , correctiva y sanadora los errores que se ubiquen en cualquiera de los miembros de la pareja, así como sus aciertos. Parte de la terapia consiste en tener una mirada diferente y cualificada acerca de las dinámicas de la pareja. Se trata de un proceso de observación fenomenológica donde después de ubicar las fallas o aciertos, debilidades o fortalezas de cada uno y de la interacción se intenta conciliar posturas, desactivar dinámicas tóxicas y propiciar nuevas dinámicas sanadoras y constructivas para todos.
REALIDAD: los más perjudicados cuando existen problemas de comunicación o convivencia no armónica entre los padres son los hijos. Se ha demostrado que los problemas académicos, de atención, de hiperactividad, de terrores nocturnos, de timidez, de agresividad, de comportamiento, y similares, son, en su mayor parte, secuelas subclínicas de los desencuentros emocionales entre sus padres, bien sea por distanciamiento emocional, conflictiva verbal, problemas con las familias políticas, etc. etc.
Precisamente es por el bien de los hijos que es indispensable asistir a una terapia de pareja. La causa No1 de depresión, ansiedad y problemas académicos y de comportamiento en los niños y adolescentes son los problemas entre sus padres, aunque jamás lo verbalicen ni manifiesten explícitamente.
El saber que sus padres se encuentran en un proceso para mejorar su relación y la dinámica familiar siempre es un buena noticia para todos los integrantes de la familia. En la medida que se sana la relación de pareja también se van sanando lo problemas entre padres e hijos o entre hermanos. Es un proceso del cual todos van a salir beneficiados.