El Poder de Editar tus Relatos de la Infancia

¿COMO LO HACEMOS?

Los orígenes - Tu Alma en Calma

Desde que me conozco quise estudiar Medicina; cuando era pequeña alucinaba acompañar a mi papá a su trabajo, él era uno de los Médicos de Medicina Legal y no había cosa que me entusiasmara más que irme con él a su turno y pasar la tarde mirando como llegaban las urgencias y las situaciones difíciles y como mi papá las afrontaba con tanto cuidado, amabilidad y gentileza con las personas que la vivían que lloraba de emoción. 

No fui Médica porque mi papá era Médico, no lo hice por tradición, lo hice por convicción, lo que sí tengo claro es que caló mucho en mí, lo que yo observaba en su trato ante el dolor y la vulnerabilidad.  

Los ORÍGENES nos dan la posibilidad que abramos los surcos emocionales de nuestro terreno emocional, y no es desde lo que nos dicen, exclusivamente, es sobre todo desde lo que son y lo que nos dan o no nos dan.  

Son HUELLAS que creemos indelebles, que creemos que se tatuaron con tal fuerza que son imposibles de modificar.  Nada más errado, a los surcos de nuestro terreno emocional siempre les podemos modificar su curso y su manera de ararlos.  

Cuando niños no lo podemos lograr, porque vivimos inmersos en el mundo emocional de nuestros padres, nuestra vida emocional depende de ello; pero cuando somos adultos emocionales tenemos el infinito poder de darnos cuenta, revisar lo que para nosotros significó y revisarlo para moldearlo de una manera que sea más acorde con nuestra verdad emocional. 

Volviendo a la historia con mi papá, podría quedarme con el concepto de que estudié medicina por imitación y NO; tengo claro que soy médica por convicción del alma y del corazón. 

Diferenciar los relatos de la infancia de las personas que participaron en ellos, hace toda la diferencia. 

  • La forma como tu interpretas lo que viviste. 
  • La forma como tu sentiste que te lo contaron.
  • La forma como tu sentiste que se relacionaron contigo.

En el relato es donde está el infinito poder: podemos volver a escucharlos y darnos cuenta que hiciste tú con lo que viviste; como te cuidaste; que significó realmente para ti; como lo podemos afrontar.

Te quiero contar otra verdad del mundo emocional:  NO TIENE TIEMPO.  Todo nuestro mundo emocional está contenido en un gran espacio al que podemos volver para resignificarlo.  

Tenemos una responsabilidad emocional con nosotros mismos de hacernos cargo y tomar las riendas de nuestro mundo y vivir desde nuestra verdad.

Lo que tenemos en nuestra infancia son relatos.  A veces bellos, a veces duros, a veces dolorosos, a veces complejos, a veces abusadores, a veces tensos, a veces tormentosos, pero todos son relatos.

¿COMO LO HACEMOS?

A través del conocimiento emocional, si sabemos que nos pasó, como nos sentimos con lo que nos pasó y que podemos hacer con ello, podremos construir nuestros propios surcos en nuestro terreno emocional y andar libre y autónomamente en él. 

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